El fardelejo es un dulce de origen árabe, típico y exclusivo de Arnedo, Ciudad donde la influencia árabe fue enorme y ha pervivido a través de los siglos en sus calles, casas, formas de expresión y, cómo no, en su gastronomía.
Los árabes le llamaron “fard”, que significa muesca o incisión, por las ondas o medias lunas con que se cierran los laterales de la parte exterior. Por ser un producto tan exquisito, los árabes de los territorios reconquistados obsequiaban con él a sus nuevos señores, los jefes cristianos, pasando el nombre “fard” (por derivación, farda=alfarda) a significar “rendir obsequio o atenciones a uno por respeto, temor o interés”, forma aún utilizada en algunas comarcas españolas.